lunes, 28 de diciembre de 2015

  Hoy mis padres celebran 25 años de casados. Durante casi 24 de estos años yo he formado parte de sus vidas, he crecido y vivido con ellos. Y me parecía una buena excusa para volver a escribir. Estoy un poco oxidada y no se cual va a ser el resultado. Así que centrarme en los cabeza de mi familia me parece un buen plan. 
      
   Mi familia… supongo que como en todas las familias  tenemos nuestros más y nuestros menos. Pero cuando hago memoria, veo mucho mas bueno que malo, prefiero guardar los recuerdos en cajas separadas en mi mente. No nos vamos a mentir 24 años de convivencia da para llenar dos cajas muy, muy grandes. Las relaciones familiares tienen la peculiaridad de algo parecido a un regalo/sorteo. No elegimos donde nacer ni con quien crecer.
Soy como soy en gran medida por ellos. Quizás falta un “gracias a ellos…” en esa frase. Pero no puedo concederles todo el mérito, ni toda la culpa. Nadie es del todo responsable de otro alguien. A demás no me considero alguien de quien nadie deba dar las gracias. Soy más bien un pequeño desastre con patas, pero esa no es la cuestión. La cuestión es que debería de estar escribiendo cosas bonitas de mis padres. 

   Aunque haga ya mucho tiempo en los orígenes de este blog solía contar historias de amor. Por que no contar la de mis padres, 25 años casados,  Puedo sacar una buena historia de amor de ahí… Pero si de algo me he dado cuenta en este tiempo es de que nada es tan bonito como parece. Esta es una historia real y me gustaría hablar sin florituras.
   Últimamente han cambiado muchas cosas, quizás demasiadas. En este último año puedo decir que he conocido una versión diferente de mis padres. Una versión que a borrado la idealizada imagen que yo tenia de niña. Verlos reales y humanos ha sido algo nuevo. Algo que aún estoy procesando. No me gustan los cambios, quizás por eso soy tan reacia a contar su historia como si de un cuento se tratase. Por eso y por que se que a mi padre no le haría ninguna gracia. No le gustan las redes sociales ni nada que tenga que ver con internet. Creo que hay toda una red oculta dentro de los ordenadores que nos manipula y nos controla de forma masiva. Por supuesto yo se lo discuto. Pero quien sabe, quizás no esté tan desencaminado. 

   Mis padres, son exigentes, de ideas fijas, y firmes convenciones. Viven la vida con sencillez, intentando que la realidad no los sobrepase. En todo el tiempo que viví con ellos para mi fueron mi refugio seguro, mi justificación y mi estabilidad. Quizás ni ellos lo sepan. Cuando la gente me pregunta por que ya no vivo en casa no se muy bien cual de todas las erosiones contarles. Normalmente elijo según mi estado de animo. Pero lo que nunca digo es lo mucho que los echo de menos. 
   
    No tienen una gran historia, pero ya sabéis que fantasear es lo mío. Y que pasaran su luna de miel en un coche recorriendo España gastando los pocos ahorros que tenían me parece precioso. Aunque solo llegasen hasta Andorra. Se conocían desde niños. Mi madre era amiga de la hermana de mi padre. Se casaron muy jóvenes.

     Mi madre es pequeñaja, organizada calculadora y se enrolla hablando con todo el mundo, siempre llega tarde, mi padre dice que no tiene una noción real del tiempo. Es genial al Tetris y llena de forma imposible los armarios. Le gusta que la casa este limpia y ordenada pero nunca tiene tiempo. Se le pone la voz de pito cuando se enfada y es imposible hacerle cambiar de idea en esas dos cosas me parezco a ella. Es capaz de llevar mil cosas a la vez, se sabe un montón de números de teléfono de memoria, siempre sabe quedar bien y que decir, es suspicaz y muy inteligente. Y huele a una mezcla de suavizante y colonia que me hace recordar mi infancia solo con tenerla cerca.

    Mi padre. Siempre he sido la mimada de mi padre. Al menos así me he sentido. Es otro cabezotas, grita y riñe mucho, también le gusta quejarse, decir la frase "Si yo le hubiese dicho a mi padre…".  No puede estarse quieto, tiene que tirar paredes o proyectar futuros cambios. Y le cuesta cuidarse, comer bien y aceptar que ya no tiene 30 años. Es un desastre con la ropa y prefiere pasar desapercibido en cualquier reunión donde hayan mas de seis personas que no sean familia. Es leal, familiar, fuerte, grande, muy trabajador y cuando era joven y tenía pelo era un muy guapo. El es el 95% del tiempo mi superheroe. 

    Aun no he entendido como dos personalidades tan diferentes han podido convivir durante 25 años. Creo que es por que hay una cosa que los unen a pesar de todo lo demás. Su fe. Los dos comparten una firme creencia y una idea común de lo que quieren en su vida. Supongo que es ahí donde radica el misterio. Un punto de unión lo suficientemente fuerte como para poder atravesar todo lo demás. Quiero pensar, que el amor y sus hijos también han tenido algo que ver en estos 25 años.

    Creo que ya me he alargado bastante, no se me ocurre nada mas que añadir... Solo que quizás haya llegado el momento de volver a valorar las pequeñas cosas de la vida. Es un gran cliché, lo se, pero puede que si no lo intento dentro de 25 años sea yo la que mire atrás y me de cuenta que no he sido capaz de luchar por nada ni por nadie. Y no es eso lo que he aprendido de ellos.

   Antes de acabar tengo que darles las gracias, por haberme creado, por haberme cuidado, querido y enseñado a su manera lo mejor que han podido. Tengo que decir, aunque me cueste hasta escribirlo, que los quiero, los quiero muchísimo. Da igual que seamos unos orgullosos y no podamos decírnoslo en voz alta. Creo que todos lo sabemos. 
 Así que gracias. Gracias por haberme dejado formar parte de vuestra historia. 

                                       


 ¡¡FELICES BODAS DE PLATA PAPAS!!

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