Existen muchísimas clases de cereales. Según su forma o
tamaño, según su color o su sabor. Hay quienes prefieren el intenso sabor del
chocolate, otros la suavidad de la miel, otros la ligereza de las frutas y la
avena. Algunas personas les gusta tomarlos crujientes a otras blanditos, otras
prefieren tomárselos solos o quizá en compañía de un zumo o un yogurt.
Para gustos… los cereales.
Las personas, como los cereales, nos enriquecemos unos a
otros. Por las cosas que nos diferencian y a la vez nos unen.
Hoy iba sentada en el metro, con mis cascos y mi música,
atenta a los mensajes de la black berry. Con una chica a cada lado y tres universitarios
más en frente.
He levantado la
cabeza para comprobar que todavía me faltaban un par de paradas para llegar y
entonces me he dado cuenta.
Las cinco personas que me rodeaban… dos llevábamos las
mismas zapatillas negras que están tan de moda, las tres chicas vestían shorts
y llevaban el pelo planchado y las uñas de algún color chillón. Pero lo que más
me ha llamado la atención; todos miraban sus móviles, también yo.
Jóvenes inmersos en sus mundos ajenos a lo que ocurre a su alrededor.
Pendientes solo de su círculo. De ese círculo que engloba su vida y los
encierra, muchas veces sin que ellos mismos se den cuenta.
¿Que nos está pasando? Nadie ha dicho ni una palabra, no
hemos cruzado siquiera una mirada y mucho menos una sonrisa. Como si nos
hubiesen programado… Como te habrás dado
cuenta me he dedicado a observarlos.
No se me ha pasado desapercibida una sonrisa rápida en la
chica de mi derecha. La he visto en el reflejo del cristal. Intentando que no
se diera cuenta, he mirado disimuladamente la pantalla de su sansum. Hablaba
con un tal ¨Raúl J¨.
La última frase era: “A mí también me gusto”
La verdad es que puede significar mil cosas. no tengo ni la
menor idea de la conexión que unirá a¨ RaúlJ¨con
mi compañera de metro. Lo único que sé de él es que ha conseguido hacerla sonreír.
Mostrar por un segundo al mundo lo que transcurría en su interior.
El metro ha parado en mi parada. Yo he sido la única en
abandonar aquel efímero grupo. Me hubiera gustado saber si cual era su historia.
Si aquel mensaje se refería a una cita, una que por fin había conseguido, después
de tanto esperar. Quizás hablaban de una peli o una exposición que fueron a ver
juntos. De un momento intimo y romántico de la vida en pareja…
Ya no lo sabré, pero me alegra haberle robado ese instante. Quizás
debería haber respetado su intimidad…si hubiese sido lo correcto. Mirar mi móvil
y meterme en mis asuntos en vez de montarme historias románticas por un simple
mensaje. Pero no ha sido así. Soy una cotilla, una cotilla a la que le encanta
especular y hacer suposiciones.
Me encanta que la gente me cuente historias y estoy segura
de que esa chica tenía una que contar.
Quizás escriba alguna historia ajena, alguna que me haya
llamado especialmente la atención. Si, por que no. También forman parte de mí
día a día.
Un día que tiene que continuar, el trabajo me espera.
Nos vemos pronto.
¡¡Besos!!
Nonnoe